Need you now !

Su llegada a la academia había sido un poco tardía, es que no había sido fácil convencer a Sue de que su vocación era el teatro y que Australia era la mejor manera de llevarlo a cabo para además empezar desde cero, por más que no aceptara la relación que llevaba con Faulk.

Se había cansado del chusmerío barato y lo insana que era la ciudad de New York, quería un ambiente diferente, más tranquilo y con gente nueva que no se metiera en su vida ni la juzgara. Ahora era más madura, tenía las ideas más fijas.

Decidió dar un paseo por la ciudad, abrigada hasta las orejas.. El frío no ayudaba a su caminata, por lo que decidió instalarse un rato en una cafetería que había encontrado. Esperaba no perderse ya que realmente no conocía nada allí, era una extranjera notable a simple vista.

Tenían un par de familiares lejanos en Australia que los Evans habían contactado para que Faulk y Gail pudieran pre establecerse por mientras en ese país. Él partió primero, mes o mes y medio antes que ella y desde ese entonces que no mantenían contacto. Era difícil hacerlo con la distancia que había y con su madre en medio intentando separarlos ocupando la lejanía como método ahora. Adoraba a la vieja Sue pero ya lo sacó de quicio.

Gracias a esos mismos familiares supo que su pequeña hermana había llegado al fin. La extraño horrores, a ella, pues a su antigua vida no mucho. Los Estados Unidos lo tenían hasta el cuello y Australia parecía perfecto para él. Olas perfectas, clima perfecto, la tranquilidad que esperaba. Simplemente sensacional.

Su tía lejana le había dicho que había hablado hace poco con Gail y que ella ya estaba acomodando sus cosas en la academia y que luego saldría a pasear por la vieja Alameda principal de Sidney. Más de una hora buscando al azar hasta que la vió entrando a la cafetería. Entró tras ella, sigiloso de que no lo viera y para cuando ella se sentó en una mesa él se colocó detrás de su asientoven silencio.- Café Mocca o una Chocolatada?.- pregunta con esa voz grave, de gran felino ronroneante.

Por lo distraída que es naturalmente, no se había percatado de que Faulk haya entrado detrás de ella, inclusive se había acomodado y todo, y ni un rastro de sospecha. Se sobresalta cuando escucha una voz que le da esas dos opciones. - Em, quizas una chocolatada aunque.. - Esperen.. Los mozos no preguntaban de antemano ni dan opciones, sólo suelen decir: "¿Qué se le ofrece?" O algo parecido que se había aprendido en sus seis días como moza en un bar.

Además, esa voz.. Era esa voz que la volvía loca. Ahora era un poco más perspicaz, aunque con efecto medio tardío. Antes de actuar por impulso para evitar bochornos en su primer día de recorrido, se gira sobre su lugar para estar segura de sus sospechas, y al instante una enorme sonrisa se forma en su rostro. No dice ni A, sólo lo abraza efusiva. Realmente lo había extrañado.

Él la recibió en sus brazos y la apretó tan fuerte entre ellos que seguramente Gail corría peligro de asfixia. El sólo hecho de sentir su aroma cerca le traía de vuelta el alma al cuerpo . Faulk tenía su nariz completamente entre los cabellos de su hermana y su boca rosando su suave cuello de porcelana. Cierra los ojos un momento y luego suelta sólo un poco su agarre.

Estas hermosa, jodidamente hermosa....- habla como si hubieran pasado años en vez de sólo un mes. Es que era poco tiempo si, pero sin comunicarse, pues...pareció mucho más.

Ella le devolvía el alma al cuerpo y él le transmitia todo su calor, y llenaba el vacío que faltaba para estar completamente hecha. Ambos habían nacido el uno para el otro, con un único obstaculo que estaban sabiendo sobrellevar.. A pesar de la mirada exterior.

- Tu estás más lindo que nunca.. - Lo mira con amor en sus ojos, estaba totalmente endulzada! La pequeña se había enamorado. - Te extrañe .. - Confiesa, y no era sorpresa, realmente lo había echado de menos en ese largo mes. Había estado estudiando, comprando algunas cosas para su viaje y leyendo acerca de la academia.. Practicado un poco de actuación también, pero nada la distraía lo demasiado.

Faulk acaricia brevemente el cabello de la castaña de ojos claros. Apenas roza sus labios en un afán de darle un beso, mas se contiene y tan solo deja un beso corto en su frente. La deja ir luego, para que se siente nuevamente. Lo cierto era que aún estaban en proceso de que todo fluyera bien y hacer cosas en publico...pues, aún no podían con eso.

El moreno se sentó frente a ella y esperó por la llegada del camarero sin quitarle la mirada de encima, así como toda la cafetería. Todos la miraban y si Faulk no estuviera tan embobado haciendo lo mismo, pues le molestaría bastante.

Y es que la pequeña Gail ya no era tan pequeña, había cumplido sus 17 y estaba hecha una belleza realmente, aunque nunca perdía esa inocencia y dulzura que la caracterizaba.
El hecho de empezar en un nuevo lugar, realmente la emocionaba ya que en su cambio no habían molestas miradas curiosas.

Se queda mirandolo con una sonrisa, enamorada. Tenia muchas cosas que contarle..
Cuando llega el camarero, termina de decidirse a pedir una chocolatada con medialunas, su favorito. Lo mira a Faulk, para saber que querría el...

Se queda observando la mirada de ella mientras el camarero parece aborrecer la situación pues no se le hace en gracia tener que esperar a que el moreno atine y deje de mirar a la chica para que por fin pueda recibir su pedido.
Desvía la mirada apenas y pide un café, bien cargado y sin azúcar, como si con eso quisiera despertar.
¿Cuando comienzas las clases?.- pregunta lentamente buscando su mano bajo la mesa y tomándola entre la suya.

Se encoge de hombros, nunca iba a prestar demasiada atención, por más que fuera momento de hacerlo. - No lo sé, espero que pronto - Ansiaba comenzar, su anterior escuela no la emocionaba en lo absoluto, pero estudiar teatro si que la motivaba.

- ¿Tu como estás? No he sabido nada de ti .. - Comenta esto último con un deje de tristeza, el no tener noticias ni contacto, la había mortificado, exagerando un poco quizás. Su curiosidad era enorme, y el no saber, si que era malo.

Soy yo, sabes que voy a estar bien donde sea....Tú eres a la que hay que vigilar...- se burla quitándose total y absoluta importancia. Lo cierto es que aún buscaba trabajo como entrenador de deportes extremos pero por más que ese lugar fuera Australia una de las tierras de las oportunidades, para Faulk parecía no haber muchas opciones laborales que lo motivaran. Por que ser camarero de un café o un bar no era el trabajo soñado ni por el que había viajado tan lejos.

Lo mira algo seria, ella se preocupaba demasiado por él, ahora que estaba sin su madre en otro país, tenía algo en cuenta las responsabilidades y esas cosas. - Yo ya estoy grande - Asegura orgullosa, con su mentón alto, niña.

Llega su pedido a la mesa y una vez acomodada, mira golosa. Nunca cambiaría!