Todo lo que nos gusta es ilegal pero aún así excitante . {l i b r e}

Es pasado medianoche y las carreras a ésta hora son casi clandestinas. Al menos lo que apuestas en ellas son bastante ilegales incluso para ser Australia donde las cosas no se prohíben tanto como en el resto del mundo occidentalizado.
La música está tan fuerte que aturde y las mujeres de la vida fácil abundan como hormigas. Hay bastantes al menos que rodean un camaro tuneado azul eléctrico que está en un rincón del lugar y que tienen a un moreno sentado arriba del capot mirando todo de brazos cruzados, como si estuviera mirando el ante jardín de su casa. Era como si fuera el dueño del lugar y la gente a su alrededor sólo parecían confirmar la teoría, pues había que asar a varios antes de siquiera poder dirigirle la palabra al de los pelos parados

No es que estuviese explicitamente acostumbrada a andar en esos lugares, de hecho probablemente preferiría estar emborrachándose en alguna fiesta, pero claro, sus amigas la habían dejado tirada, de nuevo. No tenía mucha idea de como había terminado allí, sólo sabía que por lo menos la música la aturdía y entre tanta gente, probablemente ninguno notaría el olor a marihuana que llevaba encima.
De todos los autos que había allí, sólo uno de un bonito color azulado intenso llamó su atención. Tenía unas apenas visibles ojeras bajo el delinear en sus ojos e iba vestida como todos los días: unos jeans al cuerpo y una remera algo desgastada y grande para su delgado cuerpo. No como aquellas mujeres, que apenas y los vestidos les tapaban el culo. Pero no se metía, eran sus vidas y ella no tenía porqué juzgar.

Se acercó al auto, sin tocarlo y sin siquiera mirar al tipo que estaba sentado allí, quién seguramente sería el dichoso dueño.

Las mujeres intentaban acercársele de a poco y Dhemian picaba de vez en cuando, si no fuera por que cada tanto llegaba una morena de facciones similares a las de él que las ahuyentaba sin más. y luego se iba.
Simplemente se quedó de brazos cruzados entonces, mirando como la velocidad que tomaban los autos al derrapar un par de metros más alla hacía que algunos terminaran casi totalmente destrozados y nadie hacia nada al respecto. Es más, la mayoría de los presentes vitoreaba y el de los pelos parados sonreía de manera siniestra casi observando la situación. Se le hacía bastante en gracia y le tráía más de un buen reuerdo...

Soltó una risa apenas audible entre tnta bulla y casi innotoria, que se detuvo cuando vió a una morena de ojos claros acerársele demasiadoa su precioso camaro, casi a punto de tocarlo. Avanzó hasta ella sin que ésta lo notora y antes de que tocara a su precioso auto tomó su mano e hizo que lo mirara los ojos. Una fiera, intenso.

Estaba demasiado distraida de lo que pasaba a su alrededor, parecía que sus oidos funcionaban en desacuerdo a su cerebro en ese instante, probablemente debido a los efectos de la marihuana que había fumado momentos antes. Los alaridos de la gente no lograron alertarla en lo más mínimo, pero si logró enfocar la mirada de alguien cuando su muñeca se vió apresada en la mano de alguien. Seguro que sería el dueño, y claro, ella había estado a punto de tocarlo.

-No iba a..que va, si me bañé hace rato-murmura, casi en una queja medio infantil, como a quién regañan sin haber hecho nada. Suspiró tranquilamente, sin oponerse a su agarre-Mejor pedir perdón que permiso-de alguna extraña manera, hace que eso suene a una disculpa. Desvía su mirada de sus ojos hasta su muñeca y luego, de nuevo a él, enarcando ambas cejas, pidiendo liberación tal vez.

El olor a hierva que ella emanaba era casi excesivo hasta para un adicto, quien se volvería loco con tan aroma, pero para él era como oler una rosa, acostumbrado a tratar con drogas. La marihuana era como tomar mate o un té al lado de las cosas que a visto...y que ha probado.

Alza ambas cejas rápidamente cuando escucha que ella menciona haberse bañado hace un rato ya...- Se nota....- suelta con una mueca digna del alcohólico Jack Sparrow, irónica.

Pídele perdón a la policía, a mi no...- le aclara no con el afán de llamar a éstos, pues no los quiere tener ni cerca, si no como una frase de vida. Para él las disculpas derecho a las iglesias y a la policía. A Dhemian derechamente le pagas el error, cual jefe de mafía.

Llamarás a la policia y le dirás que intenté tocar tu auto?-pregunta, no sonaba asustada, sino más bien, curiosa. El parecía ser de esos chicos heavys, pero ella había conocido bastantes en su vida de esos, y nunca se habia dejado propasar. Desvia la mirada del chico para observar el auto unos momentos, aun muriendose por tocarlo. Más ahora, que sabía que estaba prohibido. Se mordió el labio inferior con fuerza, siguiéndole.

-Eres nuevo, ¿Como te llamas?-pregunta, ya que lo primero era un hecho. Ella conocia a las personas por lo menos de vista, y hablaba con la mayoria de ellas. Pero a él, sin embargo, jamás se lo habia cruzado. Se para frente a el, con los brazos cruzados sobre el pecho, balanceándose levemente, niña.